Los dos credos de la iglesia católica

La iglesia católica dispone de una oración magistral que tiene por objetivo establecer una profesión de fe lo suficientemente clara como para señalar las creencias y normas que deben hacer parte de la vida del creyente y esta no es otra que el credo, un símbolo de fe que de acuerdo a lo estipulado en el catecismo católico además de recordar el sacramento del bautismo, invita a permanecer en eterna comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Por ser un invaluable símbolo de fe y una plegaria tan recurrente, es común que pueda manejarse una especie de inquietud respecto a los dos credos de la iglesia católica, pues al manejarse dos versiones de este, una más breve que la otra suele abrirse la puerta para unos cuantos cuestionamientos que en esta oportunidad pretendemos aclarar.

¿Por qué existen dos credos?

Para el catolicismo el credo es una síntesis de las partes más sagradas de las escrituras que por lo mismo contempla lo más autentico y valioso de las convicciones transmitidas por Jesucristo. La palabra credo como tal al provenir del latín, traduce «yo creo» lo que ha dado pie para que de acuerdo a la época este emblemático himno se haya adaptado de dos maneras distintas.

Así pues, la primera versión corresponde al credo corto el cual recibe oficialmente el nombre de credo apostólico o de los apóstoles y es ciertamente el primer símbolo bautismal de la iglesia romana, aquella que fue en su momento la sede de Pedro y que por lo tanto rememora la doctrina impartida por los primeros evangelizadores. Más tarde surge la segunda versión, es decir el credo largo llamado credo de Nicea-Constantinopla, pues fue elaborado en el transcurso de los dos concilios ecuménicos que llevaron estos nombres, esto en el año 325 y 381 respectivamente, este último es el que más recitan las iglesias  tanto de Oriente como de Occidente durante la misa dominical.

Diferencias y semejanzas

Sin poder decir que uno es más importante que el otro, lo cierto es que ambos comparten una estructura idéntica pues se refieren en el mismo orden al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Respecto a las diferencias que  pudieran señalarse, el lenguaje es la variación más destacable pues por ejemplo en el Credo de Nicea-Constantinopla se observa un lenguaje extraído de la filosofía griega que de hecho era muy popular durante la época de su consecución, mientras que en el Credo Apostólico influye más el estilo bíblico.

 

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